La deshidratación es un problema que puede ser bastante ignorado por las personas. Estamos tan acostumbrados a beber líquidos solo cuando se siente sed y, para variar, la satisfacemos con bebidas azucaradas, refrescos y gaseosas, olvidando el agua. Y si acaso la bebemos, es en cantidades mínimas. Uno puede sentir que está bien hasta que los problemas en el estado de salud se hacen visibles.
A veces creemos que la obligación de hidratarse correctamente corresponde a quienes realizan actividad física como ejercicios. Pensamos que, si no llevamos un estilo de vida activo físicamente, no se tiene la necesidad de cuidar este aspecto del cuerpo. Pero la realidad es que, hidratar el cuerpo es una necesidad inherente a cualquier ser humano. Todos necesitamos incluir el hábito de tomar agua, para mantener una buena salud.
Actualmente, los problemas de deshidratación son mucho más comunes y frecuentes debido a las temperaturas elevadas. A pesar de que el cuerpo humano tiene la capacidad de adaptarse a climas muy cálidos o muy fríos, el cambio climático está alterando los niveles de temperatura, provocando extremos de calor. Esta problemática deja como consecuencia problemas de deshidratación, ya que el cuerpo tiende a sudar más. Sin lugar a dudas, esta cuestión afecta a todos, pero lamentablemente son los niños y ancianos los más vulnerables.
Las 6 causas de la deshidratación
La deshidratación se produce cuando el organismo presenta deficiencia de líquidos para funcionar adecuadamente. Cuando la deshidratación es recurrente y no se soluciona, afecta a las funciones vitales del organismo como la circulación de la sangre, la cantidad y calidad de producción de orina. También, afecta al rendimiento físico e incluso altera el estado mental.
Las causas que producen deshidratación, además del mencionado cambio climático, son las siguientes:
- Problemas de diarrea y vómitos: Ambos pueden causar una pérdida significativa de agua y electrolitos, que son los minerales que ayudan a equilibrar la cantidad de agua en el cuerpo, en poco tiempo. Cuando se padece de ambos problemas al mismo tiempo, la situación empeora porque el cuerpo pierde otros minerales.
- Sudoración excesiva: Se pierde líquido en el cuerpo al sudar, esto ocurre cuando se realiza mucha actividad física y/o cuando el clima está muy cálido o húmedo. La deshidratación se presenta si no se repone el líquido perdido en el momento.
- Poca ingesta de líquidos: El cuerpo está formado por 75% de agua, sin la misma, una persona no puede sobrevivir. Es normal que el cuerpo pierda agua diariamente por medio de las funciones fisiológicas como respirar, sudar, orinar y defecar. Por lo mismo, es una obligación elemental reponer estos líquidos bebiendo suficiente cantidad de agua, aún más cuando se pierde líquido por otras causas. Lo más recomendable es beber 8 vasos de agua a diario.
- Aumento de la micción: Esto se debe a la presencia de una diabetes no diagnosticada, que causa constante pérdida de agua en el cuerpo. También, el consumo de alimentos para la presión arterial provoca deshidratación por su condición diurética.
- Quemaduras: Sufrir cualquier tipo de quemaduras provoca deshidratación, ya que los vasos sanguíneos se dañan causando que el líquido se filtre a los tejidos circundantes.
- Consumo excesivo de bebidas alcohólicas, azucaradas y gaseosas: Estas bebidas no hidratan el cuerpo, al contrario, perjudican porque sus componentes de azúcar o alcohol, producen pérdida de líquido por su condición diurética. Además, son consumidos para saciar la sed impidiendo que la persona sienta deseo de beber agua.
Signos de deshidratación
Deshidratarse significa que el cuerpo pierde más líquido del que recibe. La mayoría de las veces en que se presenta este problema, se puede solucionar controlando el adecuado consumo de agua. En casos extremos, es necesario recurrir a atención médica inmediata.
Uno puede darse cuenta si su cuerpo sufre deshidratación a través de estos signos:
- Sequedad en la boca.
- Piel reseca.
- Letargo y mareos.
- Debilidad en los músculos.
- Dolor de cabeza.
- Menor producción de orina u orina oscura.
- Sentir sed constantemente.
Signos de deshidratación en niños y en adultos mayores
Los niños también sufren de este problema e incluso puede ser más frecuente en ellos, si no se tiene control de su alimentación. El consumo constante de golosinas, comida chatarra y bebidas endulzadas puede ser perjudicial a la salud de los niños, porque quitan lugar a su cuerpo para recibir los nutrientes que verdaderamente requieren, siendo sustituidos por una alimentación nociva.
Los signos de deshidratación explicados en el subtítulo anterior, son generales en adultos. Cuando la deshidratación se presenta en un niño, sucede lo siguiente:
- Sequedad de boca y lengua.
- Poca producción de lágrimas al llorar.
- Poca necesidad de orinar.
- Mejillas y ojos hundidos.
- Apatía e irritabilidad en su carácter.
- Vértigos.
- Piel fría y pálida.
Un niño debe beber la cantidad suficiente de agua que requiere su cuerpo, esto dependerá de las edades. Pero, lo importante es ofrecer constantemente agua a tus niños, en vez de gaseosas o refrescos endulzados.
Cuando se trata de un adulto mayor, los signos también varían y pueden ser los siguientes:
- Cansancio y somnolencia.
- Calambres musculares.
- Estreñimiento.
- Dolores intensos de cabeza.
- Piel y boca resecas.
- Aumento del ritmo cardíaco.
El agua es un nutriente esencial para el cuerpo, tal vez el más vital. Es fundamental llegar a consumir hasta 2 litros de agua todos los días. Probablemente para un adulto mayor, sea difícil porque su cuerpo deja de tolerar cantidades grandes de alimento y líquido. Pero, puede mantenerse hidratado consumiendo pequeñas cantidades de agua y alimentos con facultades hidratantes.
Signos de deshidratación severa
Asimismo, cuando se llegan a casos extremos de deshidratación, que quiere decir, pérdida del 10% al 15% de agua del cuerpo, los signos característicos son estos:
- Falta de sudoración.
- Ojos hundidos.
- Piel seca y arrugada.
- Presión arterial baja.
- Ritmo cardíaco acelerado.
- Fiebre y delirios.
- Inconsciencia y desvanecimientos frecuentes.
Si no tienes la costumbre, comienza a hidratarte en pequeños sorbos para evitar náuseas, que son comunes en las personas que no tienen la costumbre de consumir agua. Si acaso presentas signos de deshidratación, debes acudir con un médico para realizar el tratamiento respectivo.
¿Cómo evitar y tratar la deshidratación?
Evitar o tratar la deshidratación es sencillo, lo que debes hacer es:
- Beber 2 litros de agua, que equivale a aproximadamente 8 vasos al día, de manera continua y en pequeñas dosis. Te recomiendo comenzar de a poco, el primer día solo 2 vasos, el segundo 3, el tercero 4 y así sucesivamente hasta llegar a 8. De esta forma, tu cuerpo se acostumbrará poco a poco a recibir esa cantidad de agua.
- Si realizas actividad física, o sueles sudar mucho, es necesario aumentar la cantidad a 3 litros diarios.
- Debes llevar siempre una botella de agua, si no tienes acceso a ella en los lugares que frecuentas.
- No necesitas beber agua solo cuando tienes sed, debes acostumbrarte a hacerlo constantemente.
- Bebe líquidos saludables como leche, zumos, tés, infusiones y jugos de frutas sin azúcar.
- Ingiere alimentos ricos en agua como frutas y verduras. En cuanto a frutas se recomienda consumir sandía, melón, piña, papaya, mandarina, naranja, granada, fresas, uvas y tumbo. En lo que se refiere a las verduras, debes añadir lechuga, pepino, pepinillo, espinaca, remolacha, zapallo, rábano, tomate, zanahoria, nabo, cebolla, entre otros.
- Evita el excesivo consumo de bebidas alcohólicas y gaseosas.
- Incluye sales minerales en tu alimentación. Funcionan reponiendo los minerales perdidos con la deshidratación. Las sales minerales son moléculas inorgánicas que cumplen distintas funciones en el organismo. Presentan propiedades para controlar y conservar las contracciones y la salinidad de los músculos, regular el ph y la presión osmótica. Se encargan de la función enzimática, que se lleva a cabo por las enzimas que se encargan de los procesos metabólicos del cuerpo.
¡No te deshidrates!
Cabe recalcar que tres cuartas partes del cuerpo humano están compuestas de agua y si le quitas este elemento, estarías haciendo un gran daño a tu organismo. Hidratarse no significa únicamente beber agua, a veces solo eso no compensa tus necesidades.
Debes consumir alimentos que contengan agua, obviamente ingerir las cantidades que tu organismo precisa y complementar con productos rehidratantes como las sales minerales. El organismo necesita con urgencia nutrientes, vitaminas y minerales como potasio, calcio, cloro, fósforo, magnesio, azufre, sodio, zinc, hierro, flúor, cobre, entre otros. Estos minerales son indispensables en el buen funcionamiento del sistema inmunológico, intervienen en la actividad muscular, ayudan en los procesos metabólicos y en la formación de estructuras de huesos y dientes. Además, regulan el balance de agua dentro y fuera de las células.
Cuando te deshidratas, pierdes cantidades grandes de electrolitos y de estas sales minerales, sobre todo, sodio y potasio. Es por eso que añadir complementos de sales minerales en tu dieta, puede ser de gran ayuda para mantener tu cuerpo correctamente hidratado.