¿Cómo saber si tengo deficiencia de magnesio?

16 de mayo de 2022
Publicado por Ana Maria Lajusticia

16 Sep

¿Conoces la importancia del magnesio para el cuerpo? Este mineral cumple varias funciones en nuestro organismo, ayuda a que los huesos y los músculos estén saludables. Además, brinda la energía necesaria para un metabolismo correcto. La ausencia del magnesio o su bajo nivel puede traer consigo graves consecuencias, desde el mal funcionamiento de nuestros órganos, hasta la muerte. Debido a ello, es que necesitamos consumir diariamente este mineral.

La cantidad de magnesio que nuestro cuerpo necesita depende de la edad. Los bebés entre 30 y 75 mg, los niños entre 80 y 240 mg, los adolescentes de 360 a 410 mg, los hombres adultos entre 400 y 420 mg y las mujeres entre 310 y 320 mg. A través de las presentaciones de comprimidos y en polvo de complementos de magnesio, podemos alcanzar los niveles necesarios para el organismo.

Pero, ¿qué pasa si tienes poco magnesio en el cuerpo? En este artículo te explicaremos sobre las consecuencias y los síntomas de falta de magnesio.

Propiedades curativas del magnesio

A nivel de la cabeza, el magnesio restablece el potencial de la membrana de la neurona. Ayuda en la formación de neurotransmisores, tejidos cerebrales y al mantenimiento del potencial de acción. En el trabajo mental, el magnesio tiene una importancia decisiva en personas que están pasando épocas de ansiedad, preocupación y mucho trabajo. Este mineral, combinado con otras proteínas y aminoácidos, da un mejor descanso y calma el estrés diario. El magnesio influye en la relajación muscular. Alivia las contracturas, relaja los músculos tensos y el pie contraído por calambres. Mejora la sensación del latido rápido de un párpado y cuando hay dificultad para tragar o respirar.

Cuando falta magnesio, los músculos intercostales quedan contraídos generando un obstáculo para introducir oxígeno al cerebro. El déficit de magnesio provoca que las personas tengan hipo, bostezos incontrolados, espasmos en el diafragma, el esófago y el intestino. Estos espasmos también pueden afectar al trabajo del corazón y ocasionar taquicardias, extrasístoles, arritmias, fibrilación auricular y ventricular. En algunos casos hacen que los pacientes se despierten cansados por agitaciones durante el sueño.

Déficit de magnesio y muerte súbita

La muerte súbita está relacionada con el déficit de magnesio en el cuerpo. Algunos de los últimos casos fueron registrados en deportistas jóvenes y en algunos infantes. Cuando los niños pequeños presentan falta de magnesio, tienen los siguientes síntomas: Hipo, durante el llanto se quedan en un espasmo, mientras duermen mueven boca y manos (sueño inquieto), al correr tienen molestias en las piernas. Casos extremos de déficit de magnesio pueden desencadenar en muerte súbita.

En relación a los deportistas, cuando entrenan intensamente y no tienen magnesio en el cuerpo, la fibrilación del corazón puede ocasionar la muerte súbita. El magnesio es imprescindible para el cuerpo ya que ayuda en la fabricación de serotonina que permite seguir o parar durante el ejercicio. Se necesita de magnesio para que el corazón trabaje correctamente y bombee adecuadamente la sangre por todo el cuerpo. Si esto llega a fallar por el déficit del mineral, puede desembocar en la muerte súbita.

Magnesio para deportistas

Las personas que realizan actividades deportivas necesitan más magnesio para tener energía y proteger sus huesos, músculos, especialmente, su corazón. Las reservas de magnesio que tienen los deportistas están en el periostio (membrana de tejido conjuntivo que se adhiere a los huesos y sirve para su nutrición y regeneración).

El magnesio es fundamental en el deporte de competición, porque puede afectar al corazón por una mala circulación sanguínea y causar muerte súbita. La cantidad de magnesio en la sangre tiene que ser de 2,2 a 2,6 mg/100 y el ideal es 2,4 mg/100. No hay que tomar en cuenta las cantidades de 1,6 a 2,2 mg/100 porque ya son de gravedad y los que tienen 1,4 mg/100 es muerte súbita. Es necesario estar atentos a los niveles de magnesio, tratar de mantener la cantidad ideal o recomendable y preocuparse disminuye la cantidad.

Magnesio y cáncer

Es importante aclarar que el magnesio no cura el cáncer, pero interviene en la reparación del ADN cuando tiene una mutación. El poder de la alimentación es decisivo en muchos aspectos. Por un lado, existen algunas sustancias o medicamentos que pueden acelerar la aparición de cáncer, mientras que los nutrientes adecuados pueden prevenir y combatir la oxidación de las células, como es el caso del magnesio.

Algunos pacientes que padecen cáncer, presentan un déficit de magnesio causado por las sesiones de quimioterapia. Por lo tanto, es necesario consumirlo durante el tratamiento del cáncer, para fortalecer y reponer el organismo después del uso de fármacos fuertes.

Sistema digestivo y su relación con el magnesio

El magnesio interviene en la formación de serotonina. Esta hormona tiene que ver con los movimientos del intestino durante la ingesta de alimentos. En muchos casos, el magnesio es un laxante porque humedece las heces. La ingesta de este mineral, que no ha encontrado un transportador adecuado al interior del organismo, se rodea de moléculas de agua y esto ocasiona que las heces sean más blandas. El magnesio beneficia al estómago porque corrige el estreñimiento, calma la acidez y regula el tracto digestivo.

Recalcamos la importancia del magnesio en nuestro cuerpo. Debemos ser precavidos en que nuestro organismo absorba el mineral. Existen personas que no almacenan adecuadamente el magnesio y se pierde en la orina, esto genera un déficit que les puede afectar a futuro. En este caso, es importante realizar análisis periódicamente para saber si el cuerpo tiene la cantidad ideal de magnesio.

Para consumir magnesio de manera adecuada, es pertinente tener una dieta rica en semillas porque el mineral abunda en estos alimentos. En caso de no consumir este tipo de alimentos, se debe complementar la alimentación con magnesio en polvo o comprimidos, esto nos permitirá que el cuerpo tenga la cantidad necesaria para funcionar correctamente.